Después de descubrir que las cosas no son tan borrosas, que la nitidez puede llegar a ser la respuesta a mis tropiezos mañaneros, pensé y creí que la vida me sonreía.
Todo es más claro, más real.
Te lo dice alguien que su suerte ha sido grandiosa en comparación a la pobre gente que todavía vive en esa burbuja de mentiras, de colores tapados con gris: esa vida de sombras.
A partir de ahora, soy mujer nueva -me da un noséqué decir mujer nueva- que deja ese lado dependiente.
Lo esperé tanto tiempo, que todo parece un sueño. Si me habrán dicho "sos una pelotuda Valentina, mirá como estás y no te dan los ovarios para ir y cambiar". Es difícil cambiar a veces, es empezar de nuevo.
Pero en todo este tiempo de ceguera, jamás olvidaré la ayuda que recibí de mis amigos, de mis compañeros, de gente que nunca tuvo la obligación de ayudarme, pero que sin embargo lo hizo.
Sea como fuera, estoy muy emocionada, y no me salen las palabras para explicar.
Simplemente... ¡¡Gracias Asociación Médica por darme la oportunidad!!, por hacerme esperar tanto tiempo, para luego casi perder la receta y no poder ir en a la fecha ya puesta.
Gracias a vos, veo, ¡si, veo! Me diste un 0.25 en un ojo y 0.50 en el otro.
Estoy, pues, llorando de la emoción. Es todo tan fuerte.
Agradecimientos:
Compañeros de clase por decirme en matemática los números de cuentas que serían imposibles resolver, ¡gracias!. Por cederme la primer banca y aún así ayudarme.
A mi mamá.
A mis amigas que me ayudan a cruzar la calle.
A las personas que se fuman las voces de películas en español por no poner subtítulos ilegibles.
Los voy a extrañar, lentes viejos, por más que se me hayan roto, los quiero.