Siendo cada vez más madura (esa mezcla de placer y dolor) he aprendido a combatir ciertos traumas que arrastro desde que aprendí a diferenciar cuando te hacían un cumplido, y cuando se estaban riendo de vos.
La historia de mi vida siempre fue así:
al nacer, mi cabeza tenía el tamaño adecuado y mis orejas tenían el tamaño de una adolescente de 18 años.
Ahora, con el paso del tiempo, el problema ha desaparecido, y puedo vivir en paz; pero mientras tanto tuve que soportar ciertas perturbaciones.
(Debo aclarar primero que siendo el segundo semen que entró en la vagina de mi mamá, debí aguantar las infinidades de violencias físicas y mentales, que un hermano mayor (celoso y vengador de pasar a ser el pelotudito en el ranking de dulzura) es capaz de hacer y decir)
..." y vos qué vas a poder entrar ahí, únicamente de costado".
..."orejalá no llueva".
"Si porque en el orejano oriente..."
Para desgracia mía tenía una madre que me ponía vinchas por detrás de mis orejas y cuando salía a disfrutar de la vuelta a la manzana más chica que me dejaban recorrer, sentía una voz conocida, que gritaba: "Che, Vale, no vayas tan rápido que remotas vuelo y salís volando", y luego, risas de mi hermano y sus amigos.
Toda roja de la calentura y vergüenza salía corriendo a contarle a mis papás y los muy soretes se reían.
Una infancia muy traumática, muchos encierros, muchas charlas a peluches que no me ofrecían un consejo, muchos llantos en vano.
Recién ahora pude mirar Dumbo sin ponerme a llorar por la compasión que sentía por el elefante orejón.
No quiero burlarme de tu trauma, Vale, pero "orejala no llueva" es sublime.
ResponderEliminarIgual, el consuelo es que los hermanos nos creen siempre feas, nos pasa a TODAS.
Un beso grande!
Todos tenemos esos traumas cuando somos chicos, lo bueno es que se van borrando con el tiempo. Pero como jodían.
ResponderEliminarEspero no quedar como un hijo de puta, pero me hizo reir.
Me llamo Gastón, y tengo que decirte que la letra que subí no es mía, es de Valle de Muñecas. Igualmente me alegra que te haya gustado.
En que ciudad de Uruguay vivís? Un beso, Valentina.
Valen venias bien hasta que le llamaste orejon a dumbo. seguramente pasaste a ser el hermano mayor que se rie de el.
ResponderEliminary si, cuando uno es chico a veces le toca comerse esas gastadas. la infacia puede ser muy feliz y tambien muy cruel. los mejores casos son los de la tipica chica como vos que todos las cargaban por algo, y despues se convertia en un minon y los flacos se quedaban todos petisos o les crecian las orejas y se daba vuelta la tortilla.
ahora que estamos mas grandes y maduro (mezcla de placer y dolor), y esto ya quedo atras, mandale un saludo a tu hermano por los apodos, me rei mucho, muy ingeniosos.
un saludo desde la lejania.
Pero que HDP tu hermano boluda.
ResponderEliminarSuele pasar igual. A mi hace años me pasaba que mi pelo no respetaba la ley de gravedad. Crecía para arriba y no quería bajar. Y eso que siempre quise tener el pelo largo, asi que lo odiaba a mi pelo ¬¬
Finalmente empezó a respetar a la fisica. Y me gusta como está.
jaja todos tenemos algún trauma de chico.
ResponderEliminarMi hermano y mi prima sufrieron el mismo que vos!
(creo que hasta el día de hoy).
saludos che.
Mi hermano mayor también contribuyó a mis traumas, no pienses que estás sola xd
ResponderEliminarAun así, soy de la opinión que los que fuimos criticados de niños desarrollamos una coraza indestructible con el paso de los años :)
Andre: no sé si con el paso del tiempo me embellecí o mi hermano maduró, pero ahora me cree linda.
ResponderEliminarGastón: es verdad, cumplió su misión de hermano mayor. Lo demás te lo respondí en tu blog.
Bicicletero: Perdón, no soy la excepción de los orejones traumados desde chicos, ahora cada vez que veo un botija con asa, lo tengo llamar así. Le mando saludos a mi hermano si.
Juli: vos viste no? Y yo que era terrible hermana buena... Te imagino a un estilo a lo Bob Patiño y me resultó gracioso.
Gonsaa: ay, pobres chiquilines! Espero que con lo de hoy sepas lo horrible que es.
emedemaria: opino igual que vos, si viene cualquiera y me insulta con mi trauma no me queda otra cosa que reír.
Cuando tenia 6 años, un dia yo queria irme con mi hermano mayor a jugar, pero el no queria....
ResponderEliminar- ayyyyy déjame que me vaya contigo!
- que no Isa, que no, que te quedas en casa con papá!
- pero yo quiero jugar!
- vale juguemos a los indios y los vaqueros, yo soy un indio y tu el vaquero al que he capturado.
vale dicho esto, mi hermano me ató a una silla y el se fué. Y yo me quedé ahí, atada.
es o no es eso un trauma? jajajajaj
Un saludo y te sigo!
Una infancia muy traumática, muchos encierros, muchas charlas a peluches que no me ofrecían un consejo, muchos llantos en vano.
ResponderEliminarMe imaginé a una nena de 5 años diciéndole a un peluche "pero señor conejo, yo no soy orejona, usted me entiende no?" y me da ternura jajajaa.
Recién ahora pude mirar Dumbo sin ponerme a llorar por la compasión que sentía por el elefante orejón. Yo lloraba, por toda la mierda que le pasó al pobre elefante.Y de mi se reían porque yo me reía de todo, era espantoso que me dijieran hola y reirme en su cara.
ResponderEliminarY si, algunos de esos que trabajan en el gourmet no vendrían mal, no?
ResponderEliminarLos niños pueden ser muy crueles a veces. Bueno, lo importante es que ya pasó.
ResponderEliminarMi hermano (23 años) todavía me gasta por cualquier cosa... los hombres no crecen, sólo crece el tamaño y/o precio de sus juguetes (sigh).
Yo no entiendo del todo porque fui el del papel de hermano mayor, pero claro siempre hay cosas parecidad ya que como dijeron, los niños suelen ser muy crueles.
ResponderEliminarYo nunca me confése con mis peluches, por alguna razon lo hacía con la estufa jaja.
genial que te sientas bien con vos misma, genial! despues de todo esa es una de las cosas mas importantes, creo yo.
ResponderEliminarpd: me causo mucha ternura la parte de los peluches
Cuando somos niños somos muy susceptibles, pero no hay que ponerse mal por cosas como esas ahora.
ResponderEliminarCuando éramos chicos mi hermano no me cargaba por el físico, directamente nosotros practicábamos la lucha libre al borde de la muerte sin razón aparente. Por suerte ahora nos llevamos mejor, pero siempre va a ser divertido pegarnos.
Durisimo! Tengo que reconocer que a mi hermano yo tmb lo gastaba con lo mismoo :P jajaja
ResponderEliminarLo bueno es que ahora te puedas reir de eso. Y hasta lo recuerdes con cierta alegría (?).
ResponderEliminarAbrazoooooooo.
Yo me caí dentro del inodoro, todavía se siguen riendo de mi. Yo me río, pero fue feo.
ResponderEliminarMe gusta tu blog, beso.
todos tenemos traumas infantiles...me alegro de que ahora ya lo hayas superado!:)
ResponderEliminarmuá
Qué madura! Sin embargo, y al decir de (me acabo de dar cuenta de que el boldo es una de mis prioridades hoy en la feria). Gracias y el color! ¿Pasaste por mi blog? Qué conectados!
ResponderEliminarMe hiciste acordar de un cuento de Felisberto Hernández en el que un pibito tiene las orejas, dice, "como si el gorro puesto las hubiera estado doblando".
ResponderEliminarValentina es valiente!
ResponderEliminarYo te entiendo con lo de la crueldad de los hermanos mayores (tengo una, le dediqué una entrada si querés conocerla un poco n.nU) pero hay que admitir que lo de "orejalá que llueva" es original... Seguramente ahora los amigos con los cuales él se reía ahora deben traerle más de un dolor de cabeza (por no decir algo más exagerado) por pensar en "la hermanita"
ResponderEliminarBueno, que bueno que tu problema se haya solucionado y que ahora seas feliz y tomes ananá fizz (?)