Cuando lo tengo medio olvidado, me paro en puntas de pie en el primer acantilado que juzgo eficaz, y progresivamente siento el nerviosismo y el pánico que se unen para revolverme el estómago y nublarme la vista. Reservo los impulsos de saltar, y corro en dirección opuesta al vacío que está después del borde arenoso. Ni siquiera avanzo mucho, apenas unas cuadras. Basta con aguantar la respiración, haciendo que mis latidos comiencen a multiplicarse por mis piernas, para comprender que todavía sigo sintiendo esa cosa que me encanta no olvidarla.
Vida
ResponderEliminarAwwwwww.
Eliminary si, no hay como un salto al vacío para sentirse vivo.
ResponderEliminar(aunque le parezca ridículo, una de las cosas que cambió mi manera de ver las cosas fué una caida libre en una de esas torres de ochenta metros que vas con las patitas colgando)
abrazo, doña...
f
ps: y todos sabemos que no necesariamente un acantilado es un acantilado...
Tu ps me encantó.
Eliminar(¿En serio te tiraste de un coso de eso? ¡Qué demás! Yo quiero!)
Abrazo, Don.
Sacale esa adrenalina, que te da la incertidumbre al borde del abismo. Te felicito, te has convertido en robot.
ResponderEliminarComo dijeron arriba, "vida".
Abrazo valentina, que andes bien
Los robot no dan abrazos...
Eliminarpero como soy una especie de robot sensible como el de liniers... tengo un sofware instalado que me permite soñar.
Me imagino que hay muchos aún que caminan hasta los abismos a para recrear ciertas sensaciones que más que devolverles el amor a la vida, le recuerdan el miedo a la muerte. Unos viven porque aman la vida, otros porque le temen a la muerte. ¿Y vos, de qué lado estás, CHABÓN(A)!
ResponderEliminarNo sé si tiene algo que ver con lo que quisiste decir, pero es lo que me hizo pensar.
ta luego...
A mi me recuerdan que a veces necesito un poquito de vértigo que me active bien y me sacuda un rato.
Eliminar¿Ta mal?
Ta lueguito.
"Veronika decide morir" de Coelho.
ResponderEliminarTe recomiendo ese libro, te va ayudar seguro.
Salu2!