17 de julio de 2011

Facundito.

En el grupo azul estaba Facundito. Era un nene callado que no saltaba, ni bailaba, ni reía, ni hablaba.
Estaba ahí, como un ser vegetal que sólo se limitaba a decir "leche", "galletita", "baño" y "papá".
Intentábamos integrarlo de todas formas pero no había caso. El botija se rehusaba a participar de juegos.
Me acuerdo que una tarde se me había perdido, y cuando miré para el costado estaba pellizcando a los del equipo rojo, que eran chiquitos, lo agarré justito cuando le daba palo a una niña rubia, que apretaba sus ojos haciendo muecas de dolor. Lo saqué alto al piso y le dije que eso no se hacía. Pero ni me miró. Me empezó a caer mal, porque en realidad no entendía por qué hacía esas cosas. Le hablaba de la mejor manera, y a los cinco minutos, ¡zaz!, había que andarlo corriendo. Decí que era medio gordito el niño, sino abandonaba mis intentos revolucionarios de agarrarlo y darle un sermón.
Una vuelta, se encontraba sentado atrás mío con las piernas estiradas y, mientras yo explicaba un juego él agarraba y con sus pies encerraba los míos haciéndome tropezar.
Me di vuelta varias veces para decirle que no lo hiciera, que me podía lastimar, pero no obtenía respuesta de él.
Hasta que me enojé y le dije "escuchame, ¿vos sos tarado?", a lo que sus amigos respondieron "si animadora, tiene problemas, él es enfermito".

Y en ese momento no apreció ningún platillo volador que me hiciera desaparecer.
La puta que lo parió.

18 comentarios:

  1. Noo, que forma de ligar mal. Por suerte a nosotros, los introvertidos nos evitan esas situaciones incomodas (como tambien otras que hacen de la vida una experiencia maravillosa)
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. No!, como mierda arreglar una cosa así.

    ResponderEliminar
  3. Te tendrían que haber avisado, vos no tenes la culpa!!!... si hay niños especiales, hay que avisar....!!!!!! no te hagas problema. son cosas que pasan.

    ResponderEliminar
  4. BIEN LA PIBAA. Y lo dije en voz alta, ¿eh?

    ResponderEliminar
  5. Mo-men-to.
    Igual nada, los enfermitos son los peores.


    (No, no hay ningún platillo volador para hacerme desaparecer a mi).

    ResponderEliminar
  6. FUCK! para esos momentos me gustaría convertirme en Nightcrawler y teletransportarme a otra dimensión.

    Por lo que veo, no es nada fácil ser animador@

    Abrazote Vale!

    ResponderEliminar
  7. no se me ocurre más que decir que: ¡uh, qué cagada!
    momentos de mierda...pero pasan

    ResponderEliminar
  8. hay de todo en las viñas del señor.
    algunos son normales.
    otros somos inadaptados.
    igual después lo arreglámos en el sicólogo que nos explica que la culpa de todo la tienen los padres.
    o en la iglesia, que dios lo perdona todo.

    abrazo juanita,
    f

    ps: si le place...

    ResponderEliminar
  9. Yo miro al suelo en esos casos.
    Es más probable que la tierra te trague si se lo pedís a que te salve un ET.

    beso!

    ResponderEliminar
  10. guat a momento chiqui :s
    aparte, no podrias haber elegido palabras mas apropiadas

    ResponderEliminar
  11. Por cierto, que lindo verte la sonrisa guacha.

    ResponderEliminar
  12. ay ay ay ...pasa en las películas, pasa en la vida de cualquier animador. Yo opto por separarlos (el ataque 1 a 1 es más efectivo) y hablarles con mi mejor tono de voz serio y firme que imita a una persona realmente adulta. Me han pasado cosas escandalosas, pero al menos no se enteraba toda la gente jaja.

    Te prometo que todo va a estar bien!
    saludos!

    ResponderEliminar
  13. Que fea situación... Encima, si lo pensás, ninguno de los dos tiene la culpa de nada; él probablemente no sepa qué hace, vos no tenías cómo saber por qué lo hacía. Pero como al final de todo, se puede sacar algo: la próxima vez, previamente buscá platillos voladores en la vuelta (nunca sobra un plan B).

    ResponderEliminar

Agítese antes de comentar.