20 de noviembre de 2011

Me iluminaron.

El ataque existencial de la entrada anterior fue superado. 

Sí, amigos.
Recapacité porque no queda otra que recapacitar. Recapacité porque soy una mina de fierro que intenta superarse todos los días de manera crítica, coherente, saludable. Y por más que el fin no justifica los medios, no me avergüenzo en contarles que intenté encontrar mis respuestas en Pare de Sufrir. 

Yo salía de comprar bizcochos para aquella depresión, y lo vi. Lo vi brillante y pacificador. Lo vi con sus puertas abiertas para cualquier individuo en peligro de confusión. Y yo tenía el alma confundida, entonces entré. 
Pensé que mi caminar sería acompañado de cánticos divinos, pero ahí sólo había un negrito de traje, y un montón de sillas blancas.
Lo saludé cordialmente y no hizo más que apoyar su cabeza en el piso y decir unas cuantas idioteces. Yo le copiaba porque en realidad, tenía un poco de miedo, y me dolían los pies de estar parada. La cosa se puso salada cuando comenzó a llorar. O sea, estaba con dilemas existenciales, pero no podía largar lágrimas porque sí.

El negrito me miró y me dio un paquetito verde que salía unos trescientos dólares. Y ahí fue cuando empecé con el jabón. El jabón quitador de incertidumbres, que además de antibacterial, sana vacíos del alma. Traía un papel con instrucciones que seguí sin ningún cuestionamiento. Por ejemplo, lo tenía que usar dos veces por semana, que no fue problema. Si el baño empezaba a las seis y terminaba seis y media, tenía que cantar un tema de Gilda. En cambio, si el baño era más largo, tenía que entonar "no woman no cry" pero en versión de coro filipino. 

A las semanas volví en busca de otro jabón porque realmente había sentido el cambio. Temía a la verdad absoluta de la vida: ellos sí tienen la respuesta. Pero muy a mi pesar, tragué todo el orgullo y abrí la puerta como si ya fuera de la familia. 
Sorprendí al negrito con el termo bajo el brazo, mirando un cuadro donde el pastor de los viernes estaba con dos brasileras vestidas de carnaval. Asumí que no tendríamos comunicación y que por su parte estaba bien, entonces opté por sentarme a su lado en silencio.
Mientras el loco siga entregándome el jabón antibacterial que regula estupideces existenciales, seguiré abriendo mi corazón para la pureza eterna.

13 comentarios:

  1. Clap, clap, clap. Un placer leerla.

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  2. El jaboncito de la descarga?

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  3. Limpieza del alma que comienza por la billetera

    saludos, valentina

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  4. y si, juanavalentinaquerida, nadie tiene la verdad de la vida.
    está encerrada en una pastilla de jabón, que si la frotás, solo te regala pompas...
    navegare necesse

    abrazo
    f

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  5. Tas drogandote de nuevo Juana?

    Ya hablamos de compartir creo

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  6. Jajaja, yo quiero un jabón que saque kilos cuando uno se baña al son de Leonard Cohen, ¿vos creés que el negrito tenga uno de esos?

    Besos, me hiciste reír mucho.

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  7. juaaa! Vos te metes en cada una Valentinis
    :-D
    Besoo!

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  8. Es bueno saber que estás mejor, pero yo que vos agarraría toda la plata que gastás en jabón y la gastaría en bizcochos! O se te van los dilemas o se te va la vida en un ahogo con croissants, no hay manera de perder jaja Saludos!

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  9. Qué hermosa imagen.
    A mi me pasó una vez cuando estaba en primero de liceo que estaba caminando cerca del montevideo shop (que antes por ahí había un pare de sufrir) y una chica me dio un DIARIO y me anotó un número y me dijo algo como que estaba en la edad perfecta para ir, y que necesitaba de la ayuda que ellos me podían dar. Fue muy genial. Obvio que no entré. Pero el diario lo sigo guardando. Son tan hermosas las noticias milagrosas que publican.

    Amén.

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  10. Alfin,
    luego de mucho leer
    me ha tocado comentar
    hace rato no leia algo que me incitara a escribir
    esto está muy bueno
    Un abrazo
    SaNTii

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  11. Fd: ¿sirven cervezas? ♥

    Hybrid Willow: ¡gracias! :)

    Sof: tal cual. Te descarga el bolsillo.

    javiherbar: bueno, che. No seas tan pesimista. Imaginá que terminé re bien de la cabeza y eso. Es lo que cuenta, después de todo, ¿no?

    f, ¿qué hablamos de las drogas y el acercamiento a la computadora? ¿eh, eh, eh?

    Cinty, ¡tendríamos que juntarnos! Jijijiji.

    Ana Laura, cuando vea al negrito le pregunto, porque esos jaboncitos eran mágicos. Quizá tenga uno de los que vos precisas :)

    Matrincho, ¿qué es de tu vida? Volvé, inmundo.

    Ale, ya intenté suicidarme con bizcochos, pero me terminé asqueando. Ahora no puedo tomar la leche con bizcochos como Dios manda.

    Bunny, acabo de confirmar que sos amor. ♥ (merecés un corazón que aprendí a hacer hace poco) Los diarios de Pare de Sufrir nunca le di mucha bola. En realidad no me acuerdo de ver uno, pero tengo la idea de que alguna vez estuve cerca de esos papeles milagrosos :)

    Santi, ¡holaaaaaaa!, tanto tiempo estimado. ¡Qué lindo leerte! :):):) escriba escriba.



    Abrazo gigante a todos :)

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  12. Puede servir de terapia pedir que te laven los demás, no sólo las manos. Como haces aquí...

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